sábado, 31 de mayo de 2014

XVIII PCI Sierras de Moratalla

* 168 kms en 6h14 (26,9 kms/h) + 3.000 mt

Un año más, y ya van quince, tomaba la salida en Moratalla con la intención de dejarme todos los duros en la carretera, pero tras una buena colocación en la salida junto con Joaquín, a los dos kilómetros ya vi que la cosa no marchaba, las piernas cargadísimas aún del brevet 600, así que fui dejándome caer de grupo en grupo mientras subía los Álamos con alegría pero sin sufrir. Corono y me coloco en un buen grupo que va rápido. En las subidas voy fácil pero en las zonas llanas y de fuerza no acabo de encontrar buenas sensaciones y no voy nada cómodo. Tras el avituallamiento de El Sabinar el grupo se estira y como iba un poco desconectado, me pilla detrás y me toca engancharme a rueda de un ruso (literal xD) que es un animalaco rodando pero pese a ello le cuesta un par de kilómetros enganchar mientras me llevaba comiendo hinojo por la cuneta. 



Yo iba ya bastante desmotivado y deseando que empezara el puerto de Nerpio (bueno, en realidad, en esos momentos lo que estaba deseando era que se acabase la marcha ya) para poder subir tranquilo y seguir dejándome caer hasta que me enganchara alguien conocido y hacer grupeta.
Eso no sucede hasta mitad del alto de Yetas, donde me pasa Zenón de Bullas, pero va en un punto que me lleva incómodo y no me apetece sufrir lo más mínimo, así que me abro y sigo a lo mío.
Corono y al poco me pilla Joaquín que va en modo punisher, a la misma velocidad, cadencia y postura sea llano, subida o bajada. Le pego un grito, levanta el pie, hablamos un poco y hacemos un grupillo en el que también va Eliseo de Bullas y Peri. Vamos haciendo camino en la primera zona de repechos a buen ritmo pero el viento ya vemos que va a molestar mucho en la segunda mitad del recorrido.
Tras dejar la zona de repechos entramos en la parte favorable que se supone que es la bajada de Yetas (se supone.. jejeje) y ahí empieza el pestoserío por parte de esas comadrejas que no han asomado el hocico en todos los kilómetros que había que remar. Tirones, cortes, frenazos... una angustia. Tras un par de calentones para cerrar huecos llegamos al cruce de Férez, donde termina el descenso y sigo tirando para intentar echarle un cable a Joaquín que iba animado a hacer una buena marcha, y de hecho el tiempo hasta ese momento era bueno, para bajar de 6 horas.



Voy cómodo a mi ritmo tirando y Peri va entrando también con huevos por la zona de Casas del Pino, mientras el grupo clarea y se selecciona, pero poco a poco vamos viendo que con ese aire durísimo de cara estará imposible bajar de 6 horas, pero hay que intentarlo.
Tras Letur el grupo se queda en un tercio de la gente que íbamos y no queda otra que jalar aire como leones. En las rectas de carretera buena se ve que no avanzamos, donde otros años se va a más de 40 por hora sin enterarte, este año tienes que ir dejándote duros para ir a 30.
Antes de Tazona, cruce a la derecha y empiezan los peores cinco kilómetros de la marcha, para mi, los que hay antes de comenzar el puerto de Benizar. Al menos este año pegaba viento de culo en esa zona. Algo es. 
Cerca de Benizar Peri abre hueco con Joaquin y decido esperarme con él para echarle un cable en la subida. 



Subimos a ritmo constante al principio pero conforme avanza el puerto Joaquín va metiendo esos cambios de ritmo tan suyos que me van empezando a llevar incómodo y decido levantar un poco el pie e ir a lo mio, hasta que en el repecho final nos volvemos a reagrupar y coronamos juntos. También nos pilla Eliseo que tuvo un problema mecánico bajando Yetas, se descolgó y nos ha echado mano en la subida, me dice de tirar a muerte hasta Moratalla, pero lo veo muy chisposo y no tengo ganas de agonías así que me agarro de abajo y empiezo a meter mi ritmo y vamos recogiendo gente hasta comenzar la subida al Alto de San Juan un buen grupo. Ahí Joaquín pasa un momento malo, que recupera pronto y en cuanto coronamos me vuelvo a enchufar y seguimos enganchando gente hasta coronar los Álamos y ya bajamos con tranquilidad hasta meta.
Malas sensaciones, pero acabo contento por haber disfrutado con los amigos de un día que se había atravesado desde el comienzo.

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