domingo, 31 de agosto de 2014

Super Randonee 600 Camino del Cid.

A principio de Junio hicimos esta brevet Gregorio y yo, acompañados en la asistencia técnica por Fabio (grandeeeee). Que decir del recorrido... no es una brevet normal. Sus 10.000 metros de desnivel y 25 puertos de montaña la hacen una empresa complicada y no apta para cualquiera que se lo proponga. El reglamento de la prueba otorga un tiempo máximo para completar el recorrido de 50 horas, por lo que se pueden utilizar dos estrategias: dividir el recorrido en tres jornadas o sólo en dos. Nosotros nos decantamos por ésta última, estableciendo la parada en Teruel, en el km 340 y con 6700 de desnivel ya hecho para que la segunda jornada fuese más asequible. Pese a los consejos de Domingo de la PC Massamagrell y de Fulgen, que pensaban que era mejor estrategia parar antes y empezar la segunda jornada más frescos, decidimos mantener el plan inicial.

* 335 kms en 16h05` (20,8 kms/h) +6700 mts

Salimos a las 6 del sábado desde el punto de inicio en Massamagrell, acompañados por Domingo y un compañero suyo de club, tras las indicaciones previas.
Encaramos dirección Serra para dejar atrás el primer puerto (¡¡sólo quedan 24!!) y tras un tramo de carreteras pestosas llegamos a Chóvar para subir el primer puerto serio: Eslida. Ya lo conocía de la Paco Benitez, donde subimos un poco más rápido jejejej. Sellamos en el pueblo y tras una Cocacola nos despedimos de Domingo y compañia y seguimos para jalarnos tres puertos seguidos, muy guapos de carretera estrecha y con rampas muy duras el que iba tras Villamalur.





Llegamos a Onda. Sellamos, avituallamos y seguimos sin detenernos. Recuerdo hablar con Gregorio al salir de Onda:
- Oye, ¿tú vas cansado? (preguntaba yo acojonado pensando que llevaba el día cruzado)
- Si, un poco, ¿y tu?
- También



... y sólo llevábamos un poco más de 100 km.
A partir de Onda viene el tramo más feo del brevet. Carretera ancha tipo nacional que iba remontando el curso de un río durante muchíiiiiiiiiiiiimos kilómetros. Acompañado de viento de cara y mucho calor. Mucho.
Ingredientes todos ellos perfectos para cocinar una buena petada.



Vamos haciendo camino, poco a poco, comiendo mucho y bebiendo. Aquí hay que arrancarle cada metro al recorrido a base de empujar... Al llegar a Puebla del Arenoso la carretera se va haciendo más llevadera y comienzan de nuevo los puertos. Primero el de Olba. Durísimo y con un sol de justicia que me pone contra las cuerdas. Tengo que parar un poco para refrigerar y poder continuar para seguir, tan sólo pensando en llegar al siguiente control: Rubielos de Mora, donde nos espera Fabio en un restaurante, donde nos sentamos a comer con aire acondicionado, refrigerar el radiador y recuperar un poco. Para mí éste fue el peor momento del brevet. Me veía con un pie dentro del coche.



A partir de aquí el recorrido entra en una zona infernal de encadenados de puertos, que uno por uno son poca cosa, pero entre el palizón que llevamos y lo que queda hasta Teruel, había que tratarlos de usted.
La temperatura baja un poco y el recorrido por las Sierras de Gúdar y Javalambre es impresionante, me voy animando y vamos haciendo camino con ganas, intentando no mirar nunca más allá del siguiente control.



Una vez llegados a Cantavieja, sellamos y nos calzamos un bocata kilométrico, aunque a Gregorio le juega una mala pasada el estómago y no le entra la comida. Subimos el puerto de Cuarto Pelao, que conocía en su último tramo de la marcha de los Degollaos, de nuevo momentos malos. Mucha fatiga.



Cae la noche y caen los puertos aunque cada uno cuesta más que el anterior. Por fin subimos el Puerto de Cabigordo y bajamos en plena noche hacia Teruel, en un descenso rapidísimo con zonas de más de 70 kms/h tan sólo alumbrados por los focos de la bici. Había muchas ganas de llegar, cosa que hacemos a eso de las 12 de la noche. Ducha y caemos fulminados.

* 276kms en 12h05 (22,8 kms/h) + 3500 mts

Al día siguiente nos ponemos en marcha sobre las 7 si no recuerdo mal. Tras un breve callejeo por Teruel cogemos la carretera de San Blas, en ligera tendencia ascendente y al llegar al pueblo nos paramos a desayunar. Continuamos con el primer puerto de la jornada. No se hace duro pero es larguillo. Las piernas recuperadas del día anterior y con buen ánimo por ir ya descontando y con 2/3 del desnivel hecho.
Control fotográfico en Toril (no hay nada ni nadie en el pueblo) y continuamos hasta Ademuz tras haber salvado otro puerto suave que hicimos rápido.



Tras Ademuz viene un puerto largo, dividido en tres zonas separadas por descansillos. La primera dura, larga y fea de paisaje pero que al tran tran vamos haciendo. Luego otro más suave de buen asfalto y para acabar mal asfalto pero muy bonito entre pinares. Arriba paramos a comer y nos dejamos caer hasta encarar sin transición alguna el siguiente puerto que consistía en pasar una ladera a costa de muuuuuuchas curvas de herradura.



Llegamos a Losilla con un calor infernal, giramos a izquierda y seguimos subiendo (subir, subir, subir....) luego nos dejamos caer a Higueruelas y se empieza a ver la luz al final del túnel, pero aún es una lucecilla muy pequeña...



A partir de aquí ya sólo dos puertos más. Vamos los dos bien de fuerzas pero hay fatiga.
La verdad es que me he encontrado siempre mejor en la segunda jornada de los dos 600 que he hecho. Más cansado, claro, pero más estable en el rendimiento. Sin momentos de euforia ni petadas.
Le metemos mano al primer puerto. Larguísimo. Feísimo. Por una zona que sufrió un incendio hace poco. Al menos se sube rápido. Coronamos. Esto ya está.


Bajamos esquivando carromatos de una romería hasta llegar a Altura. Sellamos, Cocacola y a seguir a por el último puerto, el Pico del Águila. Paro a echar una meadilla y Gregorio sigue y ya decido yo subir mas tranquilo, disfrutando. La verdad que es un puerto guapo pero a estas alturas uno ya sólo quiere quitárselo de en medio y llegar.
Coronamos y bajamos a Gatova. Último control, donde llamo a Domingo para decirle que en hora y poco estamos en el control final de Massamagrell. Comemos con Fabio algo más relajados aquí y nos ponemos pies en polvorosa para seguir bajando en medio de un montón de coches. Al salir de la zona boscosa y encarar hacia el mar pega un viento de cara bastante feo, seguimos a relevos hasta llegar a un cruce a izquierda. Ahí ya le digo a Gregorio que prefiero tomarme estos últimos kms con más calma y disfrutarlos un poco en vez de ir engatillados y vamos más tranquilos hasta Massamagrell, donde nos espera Domingo junto con Fabio en el punto de encuentro.



Experiencia dura a la par que bonita. Recorrido impresionante, donde te puedes asar de calor o morirte de frío y donde te puede pegar aire hasta aburrirte. Carreteras buenas, pero hay que llevar bien planificado el tema paradas y avituallamientos ya que pueden haber muchos kilómetros donde no tengas donde caerte muerto.




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