domingo, 12 de marzo de 2017

Brevet 200 CC La Purísima

Después de un año sin brevets en Murcia, por fin volvíamos a tenerlas cerca de casa con la nueva concesión del ACP al CC La Purísima.
Por supuesto, no podíamos faltar. Ni yo, ni los casi 60 ciclistas que nos dimos cita el 18 de febrero para completar el recorrido de este primer brevet. Todo un éxito de participación en la corta historia del ciclismo randonneur en Murcia.

* 205,7 kms en 8h09 (25,3 kms/h) @ 136/179 ppm



Tras recoger el carnet y saludar a compañeros, algunos de los cuales llevaba tiempo sin ver, nos pusimos en marcha un poco más tarde de las 8.
Cruzamos Murcia y enfilamos por la carretera de Alicante a buen ritmo, mientras voy estos primeros kilómetros hablando con Juanpe y Paco de Pinoso.
Subimos el cuello de la tinaja y pasamos el repecho del pantano de Santomera con el grupo algo más estirado. Ahí empiezo a darme cuenta que se me está bajando el sillín y me acojono pensando que pueda pasar un día como algunos de los que he tenido que sufrir este invierno, plagado de problemas con el cierre de la tija.




 * Con Paco, Antonio y Gregorio antes de comenzar.

Poco antes de Fortuna le comento a Toni que tengo que parar un momento a apretarla; él para conmigo y al intentar solucionarlo veo que el mecánico me la ha engrasado para quitar unos ruidos que tenía, quizá pensando que los crujidos pudiesen venir del roce entre la tija sin grasa y el cuadro cuando me ponía de pie. La desengraso como puedo y arranco al mismo tiempo que nos adelanta Benayas, del CC Yepes con el que aprovecho para pasar de charla unos kilómetros, interrogándole sobre la Flecha Ibérica y el 1200 que tienen programado para agosto.

Tras despedirme, arranco la moto en la subida a la Garapacha y llegando al pueblo enlazo con el grupo donde iban Ginés, Alfredo, Toni, etc... me adelanto un poco para volver a darle otro apretón al cierre (se me había vuelto a bajar) e intento volver a cerrar el hueco. Ahí me doy cuenta que se me va a estar bajando todo el día y no puedo estar los 200 kms parando y poniéndome a tope para enlazar con el grupo, así que cojo mi ritmo y tomo conciencia de lo que va a ser un día muy muy muy largo.
De ahí al final estuve parando cada 5-10 kms a subir el sillín. Desesperante.

 * Llegando a Yecla.

En Pinoso paro en una panadería a comprar algo para comer y sellar. Tras una charla con la panadera, donde me interrogó sobre la vida y milagros del ciclismo de larga distancia, me invitó al desayuno pese a mi insistencia en pagar. Me despido de ella agradeciéndole el detalle y sigo hasta Yecla.
A medio camino me pilla Juanpe que iba tirando de unos compañeros de club, pero apenas puedo ponerme a rueda uno o dos kilómetros porque ya llevaba el sillín abajo del todo y tenía que parar a subirlo.
Segundo control en Yecla y giramos  a la izquierda dirección Jumilla por una carretera comarcal en bastante mal estado que va pegada a las obras de la nueva autovía que llega hasta  Fuente la Higuera. Ahí pegaba el viento de cara pero quedaba compensado con el ligero desnivel favorable. Se me acaba haciendo pesado este tramo...
Después de Jumilla cogíamos la carretera que va a la Venta del Olivo, todo esto ya es territorio comanche de mis entrenamientos. Es una carretera muy rápida si vas en grupo, rectilínea y favorable, pero hoy solo y con el viento de cara parece que no pasan los kilómetros.

 * Venta del Olivo, donde no verán ni un euro mío.

Total, que acabo llegando a la Venta... si en Pinoso me había tocado dar con la extrema simpatía y generosidad de la panadera, en la Venta del Olivo me toca lidiar con la mala hostia y poca educación del dueño. Salgo de allí por patas y me meto en Cieza, donde discurrimos paralelos al Río Segura hasta llegar a Alcantarilla, por la carretera que va atravesando todas las poblaciones del valle, llena de repechos y, por zonas, bastante entretenida. Al pasar por la puerta de casa me veo tentado a parar e intentar solucionar el problema, pero eran tantas las ganas que tenía de llegar que sigo sin detenerme.
Acabo con un dolor de cuerpo para el recuerdo, pero contento por haber podido terminar el recorrido pese a los problemas mecánicos.

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