domingo, 18 de diciembre de 2016

II Marcha Joaquím "Purito" Rodríguez

Desde comienzo de año, habíamos marcado esta marcha con una equis para ir e intentar acabar con buenas sensaciones en la que se publicita, increíblemente, como la más dura de Europa cuando no será ni de las diez peores. Aún así tiene su miga con mucho desnivel acumulado en sólo 140 kilómetros. Aunque sería difícil llegar al 100% tras pasar un mes de julio siempre complicado por la carga de trabajo (laboral) y el intenso calor.

 * 146,4 kms en 7h45 (18,9 kms/h) 5.000+ | 150 ppm med / 174 max | @168 wat med / @192 wat NP



Tras pasar unos días en Andorra subiendo puertos y de turisteo, llegó el día de autos. Con una predicción meteorológica buena, sin lluvias, aunque con algo de frío por la mañana, nos situamos Angel y yo en la línea de salida. El perfil no daba tregua y no pudimos pasar ni unos cientos de metros juntos en la prueba. Salida rapidilla y pestosa, por la carretera que atraviesa Andorra, picando hacia arriba, de mucha fuerza, por lo que me fuí abriendo en un par de grupos hasta encontrar uno cómodo, sin cegarme con el pique ya que no había clasificación, y el único objetivo era acabar contento y que salieran los watios de principio a fin del recorrido.


 * Con Angel en la salida. Foto: Angel.

Al pasar Escaldes giramos a la izquierda en Vila, para encarar el primer puerto del día: la Collada de Beixalís. Este puerto no lo había subido por esta vertiente (al igual que la Gallina) en el mítico viaje de Pirineos 2009, ya que no estaban asfaltadas (ni la vertiente este del Coll d´Ordino), así que iba un poco a ciegas. Carretera estrecha y un comienzo salvaje, con un par de kilómetros cercanos al 11-12% de media con zonas que superaban ese porcentaje sobradamente. Subo tranquilo, rondando  @210-220w y pasándome mucha gente, lo que sería la tónica habitual del día. En las zonas duras me adelantaban y en zonas suaves o de pendiente media adelantaba yo.
 Tras este par de kilómetros duros donde se ganan muchos metros de altitud rápidamente el puerto suaviza bastante, incluso con algún descansillo que viene muy bien para bajar tres o cuatro coronas y ganar velocidad. Coronamos y me abrigo, ya que hace fresquete aún,  y bajaremos por la vertiente norte que a estas horas sigue a la sombra.



Al acabar salimos a la carretera de la Massana que va por el valle que llevaría a Arcalís, pero nosotros nos desviamos antes, en Ordino, para encarar el segundo puerto. Buen asfalto, muy constante, sin rampones, de los que me gustan, que se pueden subir sentado con buena cadencia.
Se me hace corto y voy animado adelantando a muchísima gente, hasta que a unos kilómetros de coronar oigo "psss, psss..." me doy la vuelta y veo a Paco de Pinoso jejejeej. Me lo encuentro en todos los fregaos. Corono junto a él, pero me paro en el avituallamiento de la cima a coger algo de comida, donde veo a Ginés y pierdo un buen rato con la montonera de gente que taponaba toda la carretera. Una pelotera que no había visto ni en la Quebrantahuesos.



Descenso fácil por la vertiente de solana, al llegar al cruce de Canillo se gira a la derecha y se continúa descendiendo hacia San Juliá pasando por los alrededores de la capital. Iba metido en un grupo, pero la gente iba haciendo el gilipollas, saltándose semáforos a lo loco, adelantando a coches por su derecha... luego nos quejamos de multas y que la Guardia Civil se está cargando las marchas. Nos las estamos cargando los ciclistas.
Lo dicho, me descuelgo del grupo y sigo yo hasta San Juliá para comenzar la Rabassa. Comienzo duro duro, donde voy regulando, también aquí con mucho tráfico hasta pasar Naturlandia. De ahí hasta la cima encuentro las mejores sensaciones del día, en esa parte del puerto de no mucha pendiente donde subo muy muy rápido. Vuelvo a coger a Paco y  le digo que se enganche, pero prefiere seguir a su ritmo.


 
Bajada por la otra carretera, que hago con un compañero de Murcia. El calor va apretando y no hace falta ponerse los manguitos.
Sin transición alguna, empieza la Gallina. El puerto mas duro del dia y también de Andorra. Muy continuo, y muy duro, excepto por un pequeño descenso que hay al comienzo. Con muchísimo calor, 33 grados y más de 20 de amplitud térmica vamos haciendo camino hasta ganar altitud y entrar en el bosque. La subida se va haciendo llevable hasta llegar a los últimos cuatro kilómetros donde se encadenan los kilómetros al 12-10-9,5 y 9,5%. Ese kilómetro al 12 supone un punto de inflexión en mis ya castigadas piernas que hasta el momento se habían aprovechado de la gran herramienta que es el potenciómetro para poder llevar el ritmo ese de subir rápido, pero sin entrar en zona roja y no darles más castigo del necesario.
Mucha, muchísima gente caminando o parada en ese kilómetro duro y rectilíneo, que supero y decido hacer los dos mil metros finales levantando un poco el pie.


Avituallamiento petado de nuevo, pero tengo que beber algo porque voy seco. No queda agua y he de conformarme con un par de vasos de una bebida isotónica de escasa catadura.
Descenso peligroso que recordaba bastante bien, muy curveado, muy estrecho y con la particularidad que las curvas de herraduras tenían muchísima pendiente, lo que complicaba el asunto en caso de entrar pasado en alguna. A un par de kilómetros del cruce de Bixesarri me adelanta un Katusha que por la finura y la forma de bajar deben ser Vicioso o Purito. Me enchufo a rueda y adelantamos a bastante gente, formando un grupo majo al final de la bajada.
Al comenzar la penúltima subida del día veo que es Purito e intento subir con el el siguiente puerto que es el más suave del día, 4 kilómetros al 7%. Comienza algo rápido y me cuesta seguirle pero pronto alcanza a unos cuantos ciclistas de su club de fans y que debían ser amigos suyos y el ritmo se ralentiza bastante, así que decido seguir yo a mi marcheta hasta coronar y volver a asaltar el avituallamiento en busca de agua.

 
Descenso facilón y vueeeelta a salir a Escaldes para remontar la carretera que va dirección Francia con un calorazo serio que me tenía el pulso por las nubes. Nos desviamos para empezar el puerto a través de Encamp, en vez de hacerlo por la carretera, por lo que arranca a menos cota. En el pueblo tenían montado el avituallamiento, que aprovecho para volver a cargar agua y comer un poco.
Els Cortals d´Encamp sigue el esquema clásico de los puertos andorranos. Inicio duro a través de urbanizaciones para, más tarde, suavizar hasta coronar. Pongamos ese suavizar entrecomillado, no siendo en este puerto, precisamente, muy suave el final.

 * Con Manolo en la meta. Foto: Natalia.

Las sensaciones aquí no eran muy buenas, el castigo se notaba y el calor era notable, pero aún así los watios iban saliendo bien en la zona dura. Un poco más tarde empecé a tener molestias en forma de dolor agudo en el costado izquierdo que me hicieron tener que levantar el pie, como no hay mal que por bien no venga, pude aprovechar esta circunstancia para disfrutar del paisaje, pese a que las ganas por terminar no eran pequeñas, cosa que sucedió tras un par de últimos kilómetros eternos. En meta estaban Natalia, Miriam, Azucena y Manolo, que acababa de terminar el recorrido de 80 kms.
Tras descansar un rato, bajé el puerto en bici buscando a Angel, pero no coincidí con él.
Marcha dura por el desnivel, pero buenas carreteras, buen ambiente, organización impecable y paisajes impresionantes.

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