domingo, 7 de junio de 2015

Brevet 1000 Cartagena

Aprovechando el puente del 1 de Mayo teníamos el brevet largo de Cartagena. Una distancia ya más que considerable y que, de acabarla con suficiencia, me dejaría ya con confianza para la PBP y también clasificado.

* 380,3 km en 15h47` (24,1 kms/h) 3.800m+

Así que el 1 de Mayo, algo antes de las 5 de la mañana nos dábamos cita en la estación de autobuses de Yecla los seis valientes dispuestos a zamparnos los mil kilómetros del recorrido en el tiempo máximo de 75 horas que marca el reglamento BRM: Manolo, que venía desde Galicia; Joselu, desde Euskadi; Marc de Cataluña y Fulgen, Alfredo y yo como fauna local.

El recorrido me parecía enormemente atractivo (excepto el paso por Madrid). Partiendo de Yecla, bordeábamos La Mancha por el este, que es más quebrado, pasando por Cuenca y Guadalajara, para, posteriormente hacer una inclusión en la Sierra de Madrid con los pasos de Canencia, Morcuera y Navacerrada, atravesando Segovia, ciudad que tan buenos recuerdos me trae. Tras el descenso de Navacerrada atravesaríamos Madrid y saliendo por la zona sur, cogeríamos la nacional hasta Albacete para allí desviarnos y arribar a Yecla.

* Rectas manchegas + viento de cara: la ilusión de cualquier ciclista.

Tras las presentaciones y saludos, nos poníamos en marcha aún de noche. Los primeros kilómetros tranquilos, picando hacia arriba dirección a Montealegre del Castillo. Voy jodidamente incómodo en este inicio. Nunca había rodado con bolsa de manillar y portaequipajes detrás, cuesta mucho mover la bici y el lastre se nota. Me pasa por la cabeza que esto va a costar mucho más de lo que pensaba, pero por suerte en cuanto te acostumbras un poco al peso y a la dinámica de la bici no es así. Cosas de principiante.
Seguimos avanzando mientras amanece en este primer día y pasamos el Bonete, Alpera... y tras las primeras rectas infinitas, cogemos la larga bajada que nos deja en el valle donde se sitúa Alcalá del Jucar, nuestro primer control.

* Con Marc en Alcalá del Jucar.

Aprovechamos para desayunar y sellar. Continuamos y hay que subir un puertecillo para salir del valle. Nos lo tomamos con mucha calma (como sería la tónica habitual del brevet) y cuando coronamos seguimos nuestro peregrinar, con buen entendimiento en el ritmo y los relevos. Casas Ibáñez, Villamalea, Minglanilla... el viento, de cara, empieza a castigar de lo lindo, y el terreno se va haciendo cada vez más quebrado, por lo que nos cuesta mantener la unidad del grupo en los repechos. En Almodovar del Pinar, decidimos parar a comer. Marc, que llevaba unos kilómetros algo justito en los repechos, prefiere seguir haciendo camino. La parada a comer se alarga un poco y continuamos hacia Cuenca, de nuevo con buen entendimiento y fuerzas renovadas tras la comida. 


             * A rueda de Manolo en la zona de Entrepeñas y Buendía, mientras dábamos caza a Marc.

Cerca de Cuenca paramos a sellar en una gasolinera y aprovechamos para beber algo rápido y comprar algo de comida para llevar en el maillot. De Cuenca hasta Guadalajara vamos por la N320. El viento, aunque sigue castigando, ha bajado un poco en intensidad y el terreno ya no es tan quebrado, por lo que rodamos razonablemente rápido hasta acercarnos a las inmediaciones de los embalses de Entrepeñas y Buendía, donde vuelve a endurecerse notablemente el terreno. Justo en esa zona, damos caza a Marc y se une a nosotros. En una zona de mini puertos, tras unos túneles algo después de Sacedón, nos separamos un poco. Se va acercando la puesta de sol y decidimos parar en Auñón para cenar y que Marc recuperase un poco e intentar llegar todos juntos a Torrejón del Rey, donde, unas horas antes, habíamos decidido parar a dormir.


* Auñón y su iglesia plateresca. 

La parada en Auñón fue curiosa. Cenamos en el bar de la plaza, entre el Ayuntamiento y su pequeña iglesia de estilo gótico plateresco y convertidos en el centro de atención tras contestar a la perenne pregunta "¿De dónde venís?", entablamos una conversación con algunos aficionados a la bici que, sorprendentemente, estaban bastante puestos en el mundo de los brevets.
Arrancamos en frío y a pie de puerto y Marc se vuelve a quedar, por lo que continuamos sin apretar mucho para ver si podía volver a enganchar, oportunidad que desapareció al lanzarnos en el descenso y, ya completamente de noche, en la subida al último puerto de la jornada donde Joselu puso una marcheta que nos mantuvo calladitos durante toda la ascensión. Con bastante tráfico y picando hacia abajo llegamos a Guadalajara, la atravesamos y seguimos dirección Cabanillas.

* Joselu al paso por Guadalajara.

En teoría y según indicaciones del dueño del hostal donde íbamos a dormir "de Guadalajara a Torrejón hay 8 kms". Yo iba medio desconectado con intención de rodar tranquilo hasta allí, pero pasaban los kilómetros y Torrejón no llegaba y, lo que era más desalentador, no había ninguna indicación.

* Por fin, en Torrejón.

Por suerte, tras un corto descenso aparecieron las luces que mostraban dónde estaba Torrejón del Rey. Llegamos, por fin, al hostal y tras una fugaz ducha a la cama, para dormir 4 horas.

* 300,5 km en 14h48` (20,3 kms/h) 3.800m+

El segundo día comenzó temprano. Con puntualidad británica, a las cinco de la mañana estabámos con el culo sobre el sillín. Como en el hostal no había nadie (suerte que pillamos a un chaval que iba a dejar unas cosas y pudimos entrar) no hubo desayuno y tiramos en ayunas esperando encontrar algo abierto donde hacer una parada y ajustar cuentas con el balance calórico diario, que empezaba la jornada en números rojos. Viendo que no había nada, tiro del paquete de galletas que compré el día anterior en Cuenca y me da para subir bien el primer puerto del día: El Espartal, que hago con Alfredo hablando tranquilo. Al paso por El Vellón no hay nada abierto, así que tendremos que esperar a Guadalix para desayunar.

* Camino de Canencia. 

Efectivamente, allí vemos un bar de cazadores abierto (y lleno) y nos sentamos a la mesa: tostadas, porras, zumos, donuts, magdalenas... nos pusimos hasta arriba y echamos unas risas.
De ahí hasta Canencia yo esperaba que fuese llano pero de llano nada ¡¡menudo puerto!! a estas horas de la mañana la maquinaria va caliente y no hay rastro de la fatiga del día anterior. Voy medio mosqueado porque desde que salí de Guadalix el cambio no me va muy bien, saltan algunas coronas y cuesta meter el piñón grande, por lo que empiezo a sospechar que se me está partiendo el cable del cambio.

* Primer puerto de la jornada.

La subida a Canencia la hacemos con tranquilidad. Arriba reagrupamos y echamos unas fotos y comenzamos el descenso, con parada en el pueblo que da nombre al puerto para llenar los bidones en una fuente.

* Manolo en Canencia.

Navafría ya es un puerto de más entidad. La verdad es que no lo recordaba especialmente duro de mis participaciones en la Perico y alguna otra vez que lo he subido entrenando por la zona, pero con casi 500 kms en el lomo y cargado con las alforjas la cosa cambia. Desde abajo me voy solo. Ya no me entra la última corona y tengo que subir con el 24, así que prefiero ir algo más alegre evitando subir muy atrancado. Manolo y Fulgen vienen algo detrás y Fulgen me engancha a mitad de puerto, ya nos ponemos de charleta y coronamos juntos. Reagrupamiento y para abajo.

* El grupo, en Navafría.

Durante el llano que va hacia Segovia el viento nos jode en dirección fronto-lateral. Íbamos frotándonos las manos ya que habíamos estado aguantando más de 500 kms de viento en contra, en Segovia cambiábamos la dirección de nuestra marcha y nos debía de dar a favor... hasta Yecla. Joselu pasa una pequeña crisis y tras valorar diferentes opciones, decidimos parar en Torrecaballeros en un restaurante. Durante la comida Joselu se empeña en que lo dejemos sólo y tiremos para delante jajajajja, echamos unas risas y al salir decido cambiar el cambio, tardamos un buen rato porque iba muy deshilachado y sin la providencial ayuda de Manolo y Alfredo igual seguiría allí dale que te pego.

* Cutre-foto en el fugaz paso por Segovia.

Segovia. Probablemente la ciudad que más me gusta de España y de la que guardo grandes recuerdos. Foto de rigor en la Plaza del Azoguejo y parada a sellar. Salimos camino de Navacerrada, última subida de entidad del brevet. Arrancamos algo desperdigados camino del embalse del Pontón, voy con Alfredo hablando y en la zona horrenda que va picando para arriba cerca de la Boca del Asno paro a cambiarle el agua al canario, arranco solo y cojo ritmo en el puerto, adelanto a Alfredo y en las siete revueltas echo mano a Manolo y coronamos juntos.

* Con los plomos fundidos en Navacerrada.

Mientras van llegando todos a la cima paso el peor momento del brevet, bastante mareado y algo desorientado, la comida no me ha sentado demasiado bien y tengo muchísimo sueño... por el contrario, Joselu se marca una gran subida.

* Carril bici de Colmenar.

Durante la comida, Alfredo había acordado con Ángel,  su compañero de correrías en las brevets, vernos cerca de la entrada al carril bici de Colmenar y él nos echaba un cable a atravesar Madrid.
Efectivamente, tras el fugaz descenso de Navacerrada, Ángel nos estaba esperando en la entrada del carril bici. Su ayuda, impagable, nos hizo una entrada muy relajada a la capital por el carril bici, que abandonamos cerca del barrio de Fuencarral, donde tenemos que detenernos un rato por un desfile de las fiestas del barrio, aprovechamos para parar y cenar.

 
* Cogiendo fuerzas en Madrid, con Ángel.

A continuación tocaba atravesar Madrid por el centro detrás del coche de nuestro guía. Por la zona alta del Paseo de la Castellana se iba bastante bien, pero conforme íbamos descendiendo y aproximándonos a Atocha el tráfico se iba haciendo más y más denso. Yo estaba bastante hasta los huevos, pero la cosa se relajó al paso por Usera, Orcasitas y Villaverde, donde nos despedimos de Ángel al dejarnos encauzados por la carretera de San Martín de la Vega. Cae la noche en la entrada al carril  bici de La Marañosa, vamos en grupo de charleta y, la verdad, que el tramo nocturno que hicimos hasta Ocaña lo disfruté mucho, pese al paso por los adoquines de Aranjuez y el fallo en el track al entrar a esa localidad.

* Carril bici de La Marañosa.

En Ocaña, tras dejar las bicis en el hostal, toca paseillo vestidos de romano por todo el pueblo, de bar en bar, hasta que tuvieron a bien ponernos un bocata y unas cocacolas que echarnos al coleto antes de dejarnos caer en el catre, cosa que hacemos en torno a las dos de la mañana.

* 293 km en 11h35` (25,3 kms/h) 1.100 m+

Suena el despertador antes casi de poder cerrar los ojos. Pese a la relativa frescura física que tenía este tercer día, el sueño fue mi peor enemigo. Como en el día de la marmota, volvemos a repetir la jugada de la jornada anterior. Salida en ayunas, aún de noche, y a buscar un sitio donde desayunar como locos. Aquí está todo cerrado, aquí también... sigamos adelante. Al principio el ritmo es cansino y el viento da de cara, al contrario de lo que señalaba la predicción meteorológica, y me veo llegando a Yecla de madrugada. Por suerte, conforme despunta el alba y sube la temperatura, el viento va rolando hasta situarse de costado favorable. Tras un desayuno surrealista, en Corral de Almaguer, en un bar de viejos, con una camarera joven rodeada de una cuadrilla de rusos borrachos, proseguimos nuestro pedalear por La Mancha, entrando bien al relevo y haciendo camino. Rápida parada en Mota del Cuervo, y a partir de ahí empiezan los dolores... culo, pies y manos. La santísima trinidad de los dolores en los brevets. Echo mano de ibuprofeno y se cortan radicalmente. De aquí a La Roda se hizo eterno, rectas, rectas, rectas y remar más que Ben Hur en las galeras.

* Comilona en Barrax.

En La Roda giramos al oeste hasta Barrax y comemos unos kilómetros de viento de cara, que paso hablando con Fulgen de cosas del trabajo y pasan en un santiamén. Allí, él conocía un buen sitio donde comer y a fe que lo era. Nos pusimos hasta arriba y echamos unas buenas risas, también de los mejores ratos del fin de semana. Luego nos enteramos que Marc entró en Barrax un poquito después de que nosotros nos fuésemos del pueblo, impresionante el brevet que se marcó en solitario, quitándole horas al sueño, sin gps y atravesando Madrid de noche, para quitarse el sombrero. De Barrax a Albacete, son treinta kilómetros si no me falla la memoria, y son una recta perfecta. Para variar. Mucho aire de culo y nos lo quitamos de en medio por la vía rápida. Paso por Albacete y echamos una Cocacola, porque hacía un calor infernal. Camino de Chinchilla, dejamos el llano para volver a adentrarnos en terreno quebrado.

* Fulgen al paso por Albacete.

Nos jalamos unos buenos repechos por la vía de servicio y de ahí tiramos para Petrola por una carretera buena pero sinuosa, de dureza bastante diluida por el viento a favor. En Petrola otra paradilla y esto empieza a estar hecho. Salimos buscando Fuente Álamo, donde subiremos el último puertecillo del brevet, donde me doy un apretón con Fulgen y compruebo, con satisfacción, que voy bastante entero y hay fuerzas cuando abro gas.

* Huele a meta en Fuente Álamo.

Reagrupamos bajando y con Yecla en el horizonte vamos disfrutando y comentando las peripecias de estos tres días. Llegada al bar de la estación tras las correspondientes fotos en el cartel de entrada al pueblo, y cerramos el gran fin de semana tomándonos unas cocacolas/cervezas con un buen rato de charla.

* En Yecla. Jodidos pero contentos.

En resumen, una de las mejores experiencias en mi vida como ciclista. Salió todo muy bien, el recorrido, la meteorología... y lo mejor, claro está, la compañía. Inmejorable. Un lujo poder compartir kilómetros rodeado de gente con tanta experiencia en este mundillo, así uno aprende por la vía rápida.

3 comentarios:

Natalia dijo...

Como tú bien sabes; sin esfuerzo no merece la pena, tú sabes que es el esfuerzo y que merece la pena, lo tienes todo para ser un finisher en PBP y lo serás ;-)

Anónimo dijo...

Me rindo ante tu proeza, sí señor!!
Enhorabuena por la gran gesta ciclista conseguida.
Animo que la PBP es tuya!! Saludos...(Franes, xd)

Juanre dijo...

Muchas gracias a ambos jejeje. Aunque lo peor está hecho, hay que seguir currando.