A las 7:30 de la mañana estábamos Javi, Jose, Rafa y yo merodeando por la tienda The Bike, nuevo punto de partida para este año, para recoger los carnets y firmar. La gente se fue retrasando, así que mientras que llegaban, pude ir saludando a algunos compañeros a los que llevaba meses sin ver y con los que compartiremos largas jornadas sobre el sillín en los próximos meses. Algunos llegaron tarde, lo que hizo que nos pusiéramos en marcha un poco después de las 8, los 46 ciclistas que finalmente fuimos de la partida.
* 207,4 kms en 8h16 (25,1 kms/h) +2.450mt @ 128/177 ppm
Me sorprendió lo relativamente homogéneo que fue la participación en este 200, ya que estas pruebas cortas suelen tener un ambiente bastante sincrético, donde te puedes encontrar desde el más puro randonneur hasta el machaca de las carreras que viene a hacer un fondo, pasando por todo tipo de clases y niveles ciclistas.
Tras comernos casi diez kilómetros de semáforos (cruzar la ciudad y toda la carretera de Alcantarilla) nos pusimos manos a la obra en la carretera de Barqueros, donde fuimos subiendo agrupados y a un ritmo cómodo.En la carretera del Col de Gladiator, la gente se para a cambiarle el agua al canario y decido detenerme para esperar a Jose y Javi y mantener la unidad, al menos, entre nosotros cuatro. El viento pegaba duro de cara y las previsiones no eran buenas ya que debía ir rolando de NW a NE, por lo que tendríamos viento de jeta todo el día.
* Recogiendo los carnets. Foto: The Bike.
Al esperarlos, la verdad que pensaba que engancharía fácil, pero me costó un buen calentón reagrupar al rebaño. Típico momento de comienzo de año en el que piensas que estás mejor de forma pero, al primer pisotón al acelerador, vuelves a la realidad.
Vamos remontando y haciendo un grupete majo hasta llegar al control del Niño. Me sorprende ver a la gente tomándose más tiempo de lo usual en este primer control, pero la mayoría opta por echar algo caliente al cuerpo para combatir el frío.
* El grupo en la salida. Foto: The Bike.
Nos ponemos en marcha de nuevo un grupo grande por la carretera de repechos que va hasta la carretera de Totana manteniendo la unidad más o menos bien hasta llegar al puertecillo, donde Rafa y Javi ponen un ritmo estalinista en cabeza, con la consiguiente purga en el número de unidades del grupo. Bullas nos espera tras el paso por la carretera del Molino de Abajo, por donde hacía unos 15 años que no pasaba. De ahí la Vía Verde hasta Cehegín, donde el viento nos da una tregua, y al salir de Cehegín, Jose revienta las dos ruedas. Para qué va a conformarse con una. Mejor las dos. Reparamos rápido (qué pereza...) y continuamos todos juntos, ya que la gente ha tenido la amabilidad de esperar a que arreglemos, peeeero... al salir de Caravaca, en las primeras rampas del Caracolico, Rafa pincha. Arregla acordándose de todos los santos del almanaque (doy fe que tiene buena memoria) y nos volvemos a poner en marcha.
* El grupo en Barqueros. Foto: GD Murcia Randonneurs.
Estamos viendo que con esta racha de problemas mecánicos vamos a llegar al ecuador del recorrido con mucho, mucho, mucho retraso. Si se cumplen las previsiones y cambia el viento cabe la posibilidad de llegar casi de noche, así que optamos por una parada rápida para comer algo, sellar y seguir. Al atravesar Moratalla nos saluda Gregorio que ha parado con Jorge, Juanpe y algunos más a comer.
* D´Artagnan y los tres mosqueteros en Moratalla.
Pronto nos pillan Juanpe y Gregorio. Juanpe lleva uno o quince puntos más y con el viento lateral que hacía, fracciona el grupo. Se va solo antes de Calasparra y allí tenemos el último control antes de Murcia. Al salir veo con alegría que la previsión no se cumple y, por suerte, el aire pega de culo en el Cagitán. Y menos mal... es mala zona para llevarlo de cara. Podemos subir el puerto a buen ritmo y con tranquilidad. La velocidad media se va colocando en cifras razonables poco a poco. Tras la tachuela de Fuente Caputa, donde Jose le gana a Rafa el premio de la montaña, hacemos un rápido descenso hacia Yechar y remontamos el puertecillo homónimo, que es la última subida del día.
La verdad que entre el puto aire y el puto frío voy con lo justo, y cuando lo comnto con éstos veo que es un mal común. No va nadie para exhibiciones.
* Con Gregorio en Calasparra. Rezando para que no cambiara el aire.
Bajamos a Alcantarilla por la consabida carretera de Las Torres y de ahí a Murcia, no sin antes comernos mil semáforos, donde ponemos punto y final al recorrido en el hotel Nelva.
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