miércoles, 27 de diciembre de 2017

Super Randonee Super Segureando

El invierno pasado, el ACP modificó el tiempo máximo permitido para completar los SR, pasando de 52 a 60 horas. Ese margen extra, permite completar los Super Randonees en tres jornadas sin rodar de noche, y sin necesidad de grandes palizas.
Así que, aprovechando el festivo del 1 de mayo, Antonio, Gregorio y yo decidimos quitarnos la Super Segureando de enmedio.
La predicción meteorológica nos tuvo inquietos, incluso barajando la posibilidad de posponer la brevet,  pero por suerte mejoró lo suficiente como para decidirnos a comenzarla. Deberíamos aguantar un primer día con algo de lluvía y los otros dos mejoraba bastante.

*Jornada 1.- Moratalla-Gontar: 198.6 kms en 10h36´(18.7 kms/h) @ 125/170 ppm +3900 mts
*Jornada 2.- Gontar-Santiago de la Espada: 229.8 en 12h49 (17.9 kms/h) @ 119/162 ppm +4938 mts
* Jornada 3.- Santiago de la Espada-Moratalla: 190.5 kms en 9h59 (19.1 kms/h) @ 115/164 ppm +2854 mts




Sin mucho madrugar, nos dimos cita los tres en Moratalla bajo un cielo negro. Tras las consabidas fotos en el primer control, comenzamos camino de Tazona y Benizar, que subimos al tran tran y con buen ánimo. La lluvia nos acompaña a ratos, pero no es ni persistente ni intensa. Tras el control de las Lórigas, pasamos El Sabinar y tomamos la carretera de Vizcable: estrecha, revirada y guapísima. La abandonamos por un camino (si, un camino) asqueroso plagado de piedras que nos lleva al poblado de Las Claras, donde paramos para tomar las preceptivas fotos del control. Allí ya empieza a hacerme poca gracia el aguacero que nos cae y no tiene pinta de parar. Decidimos parar a comer en Yeste. Mojados, cansados y yo con una buena tiritona, reponemos fuerzas, baterías y planteamos el resto de la jornada.

 * Salida de Moratalla. No pintaba bien la cosa.

Abandonamos Yeste camino de Arguellite, y tras el control del pueblo, comenzamos el descenso que nos lleva paralelos al río Segura. En la bajada nos cae la mundial, así que comenzamos a subir la Borriqueta como sopas. Este es el "coco" del día, aunque más que el puerto, me tenía preocupado el estado de la carretera de Yetas, que lleva en obras varios años, ahora está sin asfalto y temíamos encontrarnos un barrizal allí de varios kilómetros. Subimos de uno en uno y nos reagrupamos en el mirador, donde hay un control.

 * Mirador del Borriquito.

Por suerte la tierra de la carretera está muy compactada y podemos subir Yetas sin problema. Con suerte para 2020 y, tras veinte años de obras, estarán acabadas.
Los diez kilómetros que separan Nerpio de Pedro Andrés los hacemos bajo una intensísima tromba de agua. En realidad ya daba un poco igual porque más mojados no podíamos ir, pero el ritmo se ve ralentizado, ya queda poco hasta Góntar y no queremos que se nos haga de noche, pero estará la cosa ajustada.

* Antonio llegando al control de la Borriqueta.


Como no hay mal que cien años dure, mientras subimos el puerto de Pedro Andrés, el cielo comienza a abrirse y nos da el sol por primera vez en todo el día. El puerto tiene un comienzo duro, incómodo, pero luego suaviza y se deja hacer. Tras coronar, una larga bajada nos dejará en Gontar por una carretera con unas vistas impresionantes, con las nubes aún incrustadas en la parte baja del valle que tendremos que atravesar hasta llegar a nuestro destino.

 * Todo pasa. Las nubes también. Se despeja el cielo camino de Gontar.

 Allí dormimos en Casa Pedro, donde nos tratan como a reyes. Del hotel nos llevan a otro alojamiento más económico, más grande y donde podemos dejar las bicis. Pedro nos provee para que tengamos desayuno al día siguiente ya que íbamos a madrugar. Cenamos como leones y pronto a la cama.
Si hacéis este SR y lo hacéis en tres días, hay que dormir en Casa Pedro.

* Nubes en el fondo del valle camino de Gontar.

El segundo día comienza por la carretera de Las Juntas, ascendiendo paralelos al cauce del Río y del embalse de Anchuricas. Con todo el monte rezumando agua, el cielo despejado y con un tráfico nulo podemos disfrutar de una de las carreteras más bonitas de la sierra de Cazorla. Un par de inoportunos pinchazos nos retrasan, hoy es el día mas largo y duro del brevet y acumular retraso nos podría hacer llegar tarde a Santiago de la Espada.
Bajamos a Siles y subimos el Bellotar, otro de mis puertos fetiche de la zona. Tras descenderlo vino la zona que menos me gustó del brevet, unos par de puertos por zonas de cultivo, el paso por Torres de Albánchez y su inquietante vecindad... hasta comenzar a subir el larguíiiiiisimo puerto de Navalperal que no conocía y me encantó. Ahí teníamos el encadenado Navalperal - Yelmo - Pontones, tres puertos largos y duros para rematar la jornada. A estas alturas ya tenía claro que se nos hacía de noche y estaba inquieto por no llegar demasiado tarde, ya que estaba esperándonos en la casa rural la dueña.

* Cima de El Bellotar.

El Yelmo es un puertazo que no me canso de subir, aunque hoy tampoco es que tuviera muchas ganas después del tute que llevábamos jejeje. Subo con Gregorio y vamos valorando la posibilidad de tirar yo para delante y recoger las llaves del alojamiento. Tras coronar y echar la foto en el control, arranco y hago la rapidísima bajada del Yelmo por la cara de Hornos: buena carretera, trazado sinuoso y la pendiente justa para no tener que pedalear en exceso.
Foto en el control de Hornos, bajo un cielo de un negror inquietante. Justo cuando me disponía a salir llegan Antonio y Gregorio. Ponemos luces y arranco por delante.
Pontones es un puerto largo y duro. Sobre todo en sus primeros kilómetros. Tiene dos descansillos que dividen al puerto en tres partes. Voy abriendo gas con dudas de como me voy a encontrar pero pronto veo que tengo piernas y puedo regular bien. Paso menos penurias de las que pensaba en estos kilómetros con el porcentaje por encima de dos dígitos gracias a la corona de 32 dientes que lleva el cassete de la bici que estrené la semana anterior. Mano de santo.

* Camino de Orcera (creo). Al fondo El Yelmo, mientras el cielo se va oscureciendo.

Cae la noche y comienza a llover... aunque no noto el frío que sé que hace, porque voy subiendo rápido y generando calor. Cuando venga el descenso otro gallo cantará. En Pontones paro para llamar a Natalia y un rato después corono. Se me hizo eterno hasta Santiago de la Espada. Que frío pude pasar. El pueblo no llegaba nunca y, para colmo de males, la luz me pegó un par de sustos apagándose de repente en pleno descenso. Con el tiempo los recuerdos han quedado un poco amortiguados, pero aquel descenso bajo la lluvia y con una temperatura cercana a los cinco grados puedo colocarlos fácilmente como uno de los momentos sobre la bici en los que más frío he pasado.
La dueña de la casa rural me ve llegar como el que ve un fantasma jejejeje, me dice que la chimenea está encendida y voy como un loco a sentarme a un palmo del fuego.  Al rato llegan mis compañeros, ducha y a dormir sin cenar. Ya que no hay nada que echarse a la boca ni en la casa ni en varios kilómetros a la redonda.

 * Control en Hornos, en el Mirador del Tranco.

Tercer y último día. Comenzamos la subida al Alto de la Losa con un frío luterano y  con el modo "eco" en ON ya que, si no había para cenar, tampoco había para desayunar. Tirando de barritas y dando gracias a que la subida es llevadera, podemos coronar y emprender un rápido y gélido descenso que nos deja a los pies de la corta subida de los Collados de la Sagra. Probamos suerte en el hotel, pero está cerrado así que no hay posibilidad de ingerir nada hasta La Puebla. Entramos al restaurante donde sellamos en el 400 de La Purisima como tres Carpantas, dando cuenta de todo lo que nos ponían por delante y llevándonos, por si acaso, un bocadillo por barba, que ya hemos pasado suficiente hambre hoy.

* Sierra de las Cabras.

 Subida al puerto del Pinar, sin hambre, sin frío y agrupados y luego la infame carretera que lleva a Pedro Andrés, pero sin llegar al pueblo. Antes nos desviamos a la Sierra de las Cabras, puerto inédito para mí. Corto pero duro. Con un descenso en medio del puerto. Yo estaba deseando coronarlo porque ya era la última subida de entidad y albergaba esperanzas de poder lanzar la bicicleta de una vez y empezar a hacer kilómetros por la vía rápida, pero era el típico puerto sin descenso. Carretera asquerosa de campos mágneticos y algún repecho hasta llegar a Cañada de la Cruz. De donde no salieron vivos los bocadillos que compramos por la mañana. Por fin, bajada hasta la carretera de La Puebla... peeeeero... viento en contra, así que toca asir el remo y bogar como galeotes en gurapas.
Llegamos a Barranda y comenzamos la subida a Fuente Mellina, larga, tendida y con descansillos. Oliendo a meta y con ganas de llegar coronamos pronto.

 * Gregorio llegando al penúltimo control.

Los últimos kilómetros del recorrido, son para disfrutarlos y comentar los momentos vividos estos tres días.
Gran brevet, grandísima compañía y grandes recuerdos de estas jornadas de ciclismo.
El recorrido es duro, sobre todo el encadenado Navalperal-Yelmo-Pontones. La opción más lógica creo que es hacerlo en tres jornadas y poder disfrutarlo con tranquilidad. Pedro Andrés y su hostal pueden también servir de base de operaciones y hacer una segunda jornada larga, pero sin el lastre del equipaje.

* Cruce de la carretera de Archivel con la del Campo de San Juan.

En cuanto al estado de las carreteras, del que todo el mundo se queja... a mí tampoco me pareció tan malo. Sólo el tramo del Pinar a Pedro Andres, la carretera de Vizcable y las Claras están en mal estado. El resto... pues pistas asfaltadas, rugosas, estrechas y con algún bache. A mí me gustan ese tipo de carreteras.

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