domingo, 23 de abril de 2017

Brevet 400 CC La Purísima

Pese a que a principio de temporada mis compañeros de club decían que, si llegaban al 300 ya sería un milagro; tras acabar el segundo 200 con facilidad, no tardaron mucho en decidirse en tomar la salida en el 400, que es la distancia que, una vez superada, ya no hay que temerle a nada. Así, cinco de los trece participantes del brevet, eran del CC El Azud. Se nota el bajón en la participación, y es que ya es una distancia como para pensárselo dos veces.

* 407 kms en 16h54` (24.1 kms/h) +4.300mt | 129/171 ppm

 

A las 5 de la mañana partimos de Barriomar con un frío recio que se disimuló momentáneamente mientras subíamos a Barqueros. Como siempre, me noto incómodo y falto de ritmo en los primeros compases del recorrido. Tras pasar Fuente Librilla comienza a clarear y subimos el Alto del Berro. A mitad de puerto, me comentan que Jose y Rafa no van en el grupo y me decido a esperarlos, Alfredo se queda conmigo y pronto nos reintegramos al pelotón, justo antes del primer control.
La bajada por las Cuestas del Marqués fue algo más que gélida. Según me comentaron, los termómetros se pusieron en negativo. Doy fe de ello.

* Camino de La Parroquia.

Cogemos la carretera de Totana y parte del grupo levantamos el pie para esperar a Antonio, que ha bajado algo más despacio. Se van por delante Juanpe, Carles y Domi y ya no los volveríamos a ver.
El resto, continuamos juntos por el momento.
Tras llegar a Totana, subimos la Santa a un ritmo cómodo, y pasado Aledo tomamos la carretera de la cementera, que tiene buen asfalto y es favorable, para comenzar a pasar unos relevos que le den alegría al grupo y hagan subir la velocidad media. En Lorca, nos debimos despistar y tiramos por la carretera que va al pantano y que es paralela a la que debíamos coger y que va para La Parroquia. Por suerte, nos dimos cuenta justo frente a un camino que comunicaba ambas carreteras y el asunto se saldó con unos cientos de metros por tierra y poco más.

* Almuerzo en Velez Rubio.

Desde ahí siempre picando hacia arriba hasta María, y con el aire de cara. Pasada la pedanía lorquina de La Parroquia, comienzan los repechos y Antonio y otro compañero pierden contacto con el grupo.
Desde Lorca hasta poco antes de Velez Rubio, el trazado coincide con aquel 400 de Cartagena que vinieron el Casao y Andrés, se suceden los recuerdos de aquel día y los voy comentando con Gregorio.
Velez Rubio parece que no llega, pero tras un buen rato teniéndola en lontananza acaba por sucumbir. Búsqueda intensa de un sitio donde almorzar (quién lo diría en España, que cueste encontrar un bar) y por fin, podemos sentarnos a comernos un bocata, beber una cocacola y descansar un rato y echar unas buenas risas con Rafa.

 * Castillo de Velez Blanco.

Qué pereza volver a arrancar y más si tienes un puerto. Y además de los que no me gustan, rectas y carretera ancha. Veo a Jose en la oficina del grupo y le pregunto si va todo bien, me contesta que le duele la rodilla y confío en que sea algo pasajero provocado por el parón y arrancar subiendo en frío. Hasta el momento el grupo va bastante homogéneo y el ritmo es bueno.
Tras dejar atrás el castillo de Velez Blanco la carretera pierde desnivel y metemos plato hasta María, donde pasamos por las estribaciones de la sierra que le da nombre a la población y que se ve nevada por su cara norte. Tras el pueblo, cruce a la derecha y alrededor de 40 kms hasta la Puebla de Don Fadrique, que era el gran objetivo del día: aproximadamente la mitad del recorrido, el 75% de desnivel y de ahí al final terreno muy favorable y viento (en teoría) de culo.

* Calasparra.

Esta carretera es complicada, transita por páramos y si el viento y el frío pegan duro se puede hacer eterna. En esta ocasión aunque el viento da de cara no es excesivamente fuerte ni racheado, por lo que podemos seguir haciendo camino a relevos, con la gran ayuda de Jorge y Vicente nos acercamos a la Puebla, aunque unos kilómetros antes Jose empieza  a descolgarse por el intenso dolor de rodilla.
En la Puebla paramos a sellar y vemos a Antonio y a su compañero. Ellos están comiendo y nuestra parada es más liviana, por lo que partimos antes. Me adelanto con Jose para empezar a subir el puerto de Almaciles más tranquilos y que le vaya haciendo efecto el ibuprofeno que se ha tomado. A unos 5 kilómetros de salir del control, oigo a Ginés jurar en arameo: se ha dejado el cartón en el restaurante. Con dos cojones. Duda entre si volver o no, pero opta por seguir en el grupo. Por suerte Antonio lo recogería. El viento no pega todo lo favorable que debería y cruzamos los dedos para que no cambie ya que los 50 kilómetros entre La Puebla y Caravaca son, prácticamente, una recta y hacerlos con viento de cara nos retrasaría bastante. Por suerte no es así y tras coronar Almaciles vuelve a pegar de culo y llegamos rapidísimo a Caravaca, donde vivimos la situación surrealista del día al tener que pasar por en medio de un macrobotellón de cerca de... ¿2.000 personas? Igual me quedo corto.

 * Alfredo y Jose, en la subida al Alfonso XIII.

Pude salir de allí sin tomarme un gintonic pese a la insistencia de algunos, y al llegar a Cehegín cogemos la carretera que va a Calasparra pasando Canara y Valentín. El viento ha rolado y vuelve a ser favorable. Jose ha mejorado de la rodilla y todo vuelve a funcionar bien.
Otra parada en Calasparra. Sellar, Cocacola y preparar luces, ya que el ocaso se acerca. Remontamos la carretera de Cagitán y luego la de los Pantanos que nos llevará a Cieza. Carretera chulísima que no me canso de hacer y que, en un día como este, con más ganas aún.
Voy haciendo un preguntao: Ginés y Alfredo van muy enteros, por lo que no tendrán problemas. Rafa pese a sus lamentos y sus "échame Reflex en el pescuezo" también va con una pata, pero Jose va jodido con la rodilla. Mal asunto.

* Control de Fortuna.

Dejamos atrás la N301, y tras la Estación de Blanca, cogemos dirección la Hurona y el Fenazar. El grupo se rompe y esperamos a Jose que va tocado tocado. Hablo con él y me dice que, probablemente, abandone en el Fenazar. Cuando casi se puede tocar el final con los dedos y estando físicamente muy entero.
Nos despedimos de él y seguimos: un repecho más hasta llegar a Fortuna y se acabaron las cuestas.
El ritmo crece de forma inversamente proporcional a los kilómetros que restan. Sellamos en Fortuna y seguimos buscando la cuarta provincia de la jornada: Alicante. La carretera es buena y favorable y el último control se acerca rápidamente merced a los fortísimos relevos de Jorge. Sellamos en Orihuela y partimos hacia la capital del Segura por unos carriles de huerta sin tráfico que son todo un acierto de la organización ya que un sábado por la noche no son buenas horas para ir por ciertas vías.
Vicente tambien se marca unos relevos 5 stars por toda esta zona que me pillan algo empanado y me como tres o cuatro látigos más propios de la primera semana del tour que del kilómetro 390 de un brevet.

* Sanseacabó.

Por fin llegamos a Murcia. Típicas miradas de la gente "¿de donde coño saldrán estos taraos?" y tras un callejeo algo más relajado, disfrutando de los últimos metros, ponemos punto y final a la jornada.
Un brevet que me deja un gran sabor de boca por quienes he tenido la suerte de compartirlo: Gregorio, Vicente y Jorge: incombustibles, fortísimos y ciclistas con los que da gusto rodar. Y jodidamente orgulloso de los míos: Rafa, Ginés y Alfredo, acabando con una pata y quitándose los miedos a las largas distancias y espero que, dándose cuenta de lo que les llevo años diciendo "parece más de lo que es". Y, por supuesto, de Jose; que para mi, es como si hubiera acabado. Y así hubiera sido de no mediar ese inoportuno dolor de rodilla. Ya habrá mas oportunidades.

1 comentario:

Alfredo dijo...

Grandísima crónica Juangre, parece mentira que haya pasado un mes, y lo sigas teniendo tan fresco, muy buena gente con la que coincidí, y grandes ciclistas, nos veremos en más brevets seguro.