domingo, 25 de febrero de 2018

200 GD Murcia Randonneurs. Tercer Round.

¡¡Coño, los guantes!!
Con el termómetro rozando la helada, darte cuenta que te has dejado los guantes en casa no es buena forma de comenzar el día. Por suerte este año el punto de partida de los brevets es en The Bike y puedo solucionar el entuerto desprendiéndome de un puñado de euros y no de algún dedo por congelación.

* 214.7 kms en 8h50 (24,3 kms/h) + 3.300 mt | 138/181 ppm

El rey de la serie corta de los brevets murcianos es el mismo del año pasado. Con un recorrido duro y montañoso, discurre por las zonas más bonitas de la geografía murciana que queden al alcance de la distancia que llevamos entre manos.

La alegría del día me la llevé unas semanas antes, cuando Sergio, un mítico del ciclismo y compañero de mil lances, dentro y fuera de la bici, que llevaba desconectado de las dos ruedas muchos años,  me dijo que nos veríamos las caras en el 200... ¡¡con la alergia que le ha tenido siempre a las grandes kilometradas!!

 * Subiendo Ricote.

En fin, tras dejar atrás Alcantarilla, nos internamos en la carretera nacional que nos lleva a las cercanías del valle de Ricote. Con el grupo compacto y un ritmo notablemente más relajado que el año pasado pasamos por Ceutí y Archena.
Justo en el semáforo que hay a la entrada de mi urbanización el grupo se corta y yo me quedo detrás con Sergio. Vamos recortando terreno y en el descenso que hay tras Villanueva, justo en mitad de la trazada de una curva me encuentro un gato comiéndose algo que hay en la carretera. Lo esquivo por los pelos. El susto que me dí al sortear al misino se unió a la impresión de ver una caída en el pelotón que nos precedía a la entrada a Ojós. Paramos todos y allí permanecemos hasta que aparece la ambulancia y es atendido. Por suerte todo ha quedado en un susto.

 * Coronando Ricote.

Sin muchos ánimos, continuamos nuestra andadura con la subida a Ricote. Sellamos en el pueblo que está a mitad de puerto y tras un ligero descontrol en la salida de la gente me veo allí con Sergio,  Juancar y Javi de Fuente la Higuera, y decidimos esperar a la chica que acababa de entrar para que no arrancara sola con todo lo que quedaba por delante.
Siempre digo que peor que el puerto de Ricote son los campos magnéticos y repechos de la Bermeja y esta vez no va a ser menos. Cuando subimos los más duros decido tirar un poco para ver si pillamos a algunos que iban por delante y sumar unidades al grupo que siempre viene bien; así que en el Cagitán de Mula se van uniendo Cristóbal, Domi, Carles... y en Yechar, mis compañeros del Azud que me habían dejado tirado jejeje y Gregorio.

 * Carretera de Casas Nuevas.

Por suerte hoy nos libramos del viento que nos ha acompañado en las brevets anteriores y el tramo llano que hay hasta el comienzo de la Pared lo podemos hacer sin esfuerzo y a buena velocidad, disfrutando de los almendros en flor en el valle que separa las sierras de Espuña y Pedro Ponce.
El alto de la Pared deja los primeros damnificados, los que seguimos por delante comenzamos a subir a un ritmo tranquilo la continuación del puerto desde el Carcavalar, pero el ritmo se incrementa de manera inversamente proporcional a la distancia que queda para coronarlo y en el último kilómetro son Javi y Rafa los que se encargan de poner un punto más hasta encumbrarlo.



Se avecinaba un buen bocata en la Zarzadilla. Nuestro bar de cabecera estaba cerrado así que acabamos en el del callejón, que hacía tantos años que no visitaba, que ni me acordaba de él.
A Sergio, que se había descolgado en los últimos kilómetros de las Casas del Francés, y tenía dudas de si podría acabar, le viene que ni pintado. Así que dimos cuenta de un buen bocadillo y unas cocacolas animados por la fauna autóctona.
Diez kilometrillos de repechos nos dejan a los pies del coco del día, el Collado. Pese a que todos estamos de acuerdo en subir tranquilos, el puerto acaba por colocar a cada uno en su sitio. Yo subo tranquilo con Javi y Juancar, mientras Gregorio espera a Ginés por detrás y Rafa y Javi del Azud suben más rápido. Arriba unas fotos y comenzamos el descenso; yo, particularmente, más tranquilo tras ver que íbamos metiendo en tiempo el brevet, ya que en la Zarzadilla no tenía muy claro que llegásemos de día en caso de tener algún pequeño contratiempo.

 * Jalando en la Zarzadilla. Foto: Juancar.

La Puñalá hace, una vez más, justicia a su nombre torturando nuestras frías piernas con sus rampas y pronto estamos camino del último control en ruta, Pliego, ayudados por un ligero viento favorable. Allí el dueño del bar había optado por dejar en la repisa de fuera el sello, probablemente después de que se lo pidieran un millón de veces.
Los Calderones los subimos agrupados y en el terreno ligeramente quebrado que hay camino de Barqueros empiezan los tirones. Yo voy con Gregorio hablando de ir despacio jejeje, pero al final me acabo calentando y entro al trapo justo en el último repecho antes del pueblo.
De Barqueros a Murcia buen ritmo y muchos semáforos.

 * Con Sergio y Javi en el Collado. Foto: Juancar.

Sobre las 18:30 nos plantamos en el Nelva, donde nos espera Juanpe y ponemos punto y final a un brevet raro, marcado por el susto de Ojós, pero en el que hemos hecho un grupo bueno, donde he ido muy a gusto.
La semana que viene, sin anestesia, el 300. La cosa se pone interesante que 200 kilómetros parece que son poco.

* Llegada al Hotel. Foto: Juancar.




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